• Uso de fármacos en Reptiles

    Los reptiles son ectodérmicos (su temperatura corporal depende de la del medio que les rodea) y cada especie prefiere un rango de temperatura corporal Óptima. Todas sus funciones orgánicas, incluyendo la del sistema inmunitario, e indirectamente la respuesta al tratamiento, dependen de que la temperatura externa sea la adecuada, por lo que antes de aplicar cualquier tratamiento se recomienda aclimatar al reptil a su zona de temperatura corporal óptima (además de calentar los fluidos a dicha temperatura antes de administrarlos) con el fin de obtener el máximo rendimiento de la terapia.

    Los reptiles tienen una mayor proporción de agua en el espacio intracelular, para lo que los fluidos más eficaces son los hipotónicos, que favorecen que el líquido penetre en las células. Para obtener fluidos hipotónicos lo más sencillo es diluir a volúmenes iguales el Ringer lactato o la solución glucosada al 5% con agua estéril de inyecciones (am*****s que no utilizamos en la reconstitución de antibióticos y otros fármacos en polvo). Otra particularidad de los reptiles es el sistema porta renal. Un error frecuente consiste en "descontar" el peso correspondiente al caparazón a la hora de calcular las dosis. Las dosis terapéuticas recomendadas para las tortugas se calculan en función del peso corporal completo, puesto que el hueso es, como en el resto de las especies, metabólicamente activo.