Es un término muy empleado en aves y reptiles, que engloba a todas las enfermedades que cursan con alteraciones del equilibrio mineral óseo (metabolismo del calcio, fosforo o vitamina D). Además de poder estar implicadas otras causas sistémicas como malabsorción intestinal o excreción renal inadecuada, las principales causas son dietas carenciales o totalmente desequilibradas en su relación Ca/P (tortugas alimentadas exclusivamente con gambas o lechuga) y una falta de exposición a la radiación solar directa o rayos UVA. Las iguanas son, con diferencia, las especies más afectadas.
Cursa inicialmente con anorexia o apetito caprichoso, debilidad muscular (caídas inexpicables), rechazo al ejercicio y letargia, y puede terminar en cuadros con múltiples formas de presentación: huesos blandos y fáciles de doblar (mandíbula de goma en iguanas), deformaciones y engrosamiento óseo (huesos largos y columna), fracturas espontáneas, cojeras, deformaciones del caparazón. Sólo tiene sentido tratar a los pacientes que se diagnostiquen en las primeras fases de la enfermedad, puesto que todas las deformaciones y secuelas permanecerán durante toda la vida del animal.
El tratamiento se basa en dieta equilibrada, aporte adecuado de rayos UV, vitamina D, calcitonina (sólo cuando el paciente vuelva a estar normocalcémico, ya que en hipocalcémicos puede causar la muerte) y un suplemente de glubionato cálcico (25mg/kg c12h VO, hasta 3 meses); este último, en caso de pacientes muy debilitados (o cuando es preferible no manipular vía oral, como en la mandíbula de goma, se inyecta IM o intracelómico cada 6 horas a razón de 100 mg/kg para prevenir o tratar las convulsiones y temblores musculares (2-3 días hasta estabilizar al paciente).
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