• Cuidado de los huevos de reptil durante la incubación

    Autor: Aitor Aparicio González
    Traducción: Aitor Aparicio González
    Fuente: Ver referencias.

    Un debate a fondo sobre el manejo de los huevos y sus cuidados se extendería más allá del alcance de este artículo. Sin embargo, vamos a tratar de forma breve tanto los métodos de incubación como las técnicas de manejo.

    La mayoría de las incubadoras son relativamente simples en diseño. Las incubadoras comerciales de aves que se pueden encontrar en el mercado, con algunas pequeñas modificaciones funcionan bien. Hay 3 requerimientos básicos para la incubación de la mayoría de los reptiles, estos son: la incubadora debe estar bien aislada para evitar la pérdida de calor o humedad, el calor debe dispersarse uniformemente por la incubadora y no debe provenir de una bombilla spot de calor, el calor debe controlarse estrictamente por un termostato regulable.

    Hay varios sustratos que se utilizan para la incubación de los huevos. Normalmente se usa la vermiculita, tierra de macetas, arena, papel picado o musgo. Lo mejor es comprobar los resultados de los criadores y utilizar aquellos sustratos que sabemos que nos asegurarán la puesta.

    La mayoría de las incubadoras están diseñadas basándose en el principio de doble cámara. Los huevos se depositan en el sustrato de incubación en un pequeño contenedor de plástico que queda suspendido en el aire dentro de la incubadora o en algunos casos el recipiente se puede rodear de agua dentro de la cámara de incubación.

    El recipiente queda en la cámara superior suspendido, en la cámara inferior encontramos la fuente de calor lo que asegura su distribución a los huevos. Cuando utilizamos agua, la fuente de calor debe ser sumergible para asegurar que un gran porcentaje de agua se evapora y ayuda al mantenimiento necesario de la humedad en la cámara de incubación.

    Los recipientes de plástico como los tuppers son excelentes contenedores para los huevos.
    Hay numerosas fuentes de calor disponibles para mantener la temperatura de incubación, como los cables térmicos, mantas térmicas, etc… pero cada una tiene sus limitaciones. También podemos usar la fuente de calor para el mantenimiento de los acuarios tropicales. Estas fuentes de calor pueden ajustarse para mantener una temperatura adecuada de incubación, además están reguladas por un termostato e incluso los criadores profesionales utilizan un termostato adicional por si el principal diera error en algún momento.

    La incubadora debería probarse y estar totalmente preparada algunos días antes que esperemos los huevos para permitir equilibrar la temperatura con todo el sistema. Una vez que la temperatura se ha ajustado correctamente dentro de la incubadora y está estable, se debe evitar abrir la puerta de la misma. Normalmente una pequeña ventana permite visualizar los huevos, el desarrollo y las crías en el nacimiento.

    Los huevos se suelen recoger después de la ovoposición. Aunque no hay estudios científicos que demuestren que debería ser de otra forma, los huevos no deben rotarse cuando se recogen y deben mantenerse en la misma posición hasta colocarlos en su recipiente de incubación. Hay que decir que muchos herpetólogos no están de acuerdo sobre si la rotación y la posición de los huevos puede producir algún daño.


    Los huevos se depositan en el sustrato y se entierran parcialmente (semienterrados). Se añade agua al sustrato para que gane humedad pero no lo empapamos. Algunos autores prefieren añadir agua embotellada para tener un control de calidad sobre el agua de los huevos, pero si existe seguridad en el agua de su localidad con el agua de grifo normal y corriente obtiene los mismos resultados.

    Después de que los huevos se depositen dentro del sustrato humedecido, se puede colocar una fina capa de musgo en la parte superior de los huevos para prevenir su deshidratación. Algunos herpetólogos no están de acuerdo en este punto porque nos resta visibilidad para comprobar la viabilidad de los huevos.

    Se debe colocar un termómetro dentro del sustrato, a nivel de la base de los huevos para comprobar diariamente la temperatura. Se debe hacer una gráfica con el registro de las distintas temperaturas ya que si hubiera oscilaciones o anormalidades podríamos detecta rápidamente el problema. Se debe revisar también la humedad del sustrato, y humedecerlo si fuera necesario. Se puede utilizar cualquier termómetro o higrómetro de los centros de jardinería, también es conveniente que el bote de agua que usamos para humedecer, se guarde dentro de la incubadora para que el agua se encuentre a la misma temperatura cuando la apliquemos.

    Algunos criadores han tenido buenos resultados incubando los huevos en incubadoras para aves, hay diferentes métodos que funcionan para otras personas y diferentes especies. La mejor manera de tener una incubación satisfactoria es conocer la técnica de los criadores de la especie que quieres tratar.

    Los huevos deben ser revisados a diario. Un cambio en la superficie del huevo con la aparición de un ligero moteado puede ser indicativo del inicio de un problema en el huevo, sin embargo, si vemos un cambio marcado en el color o la textura o crecimiento de moho alrededor del huevo generalmente es indicativo de que el huevo ha muerto o era infértil.

    La viabilidad de los huevos se puede comprobar fácilmente con una luz de alta intensidad, como una linterna de oftalmología, la situamos directamente en contacto con un lateral del huevo en una habitación oscura. Podemos confirmar que el huevo es viable, está fértil, por la presencia de desarrollo vascular como parte del crecimiento del embrión. Los huevos no fértiles tienen una apariencia amarilla-blanca de manera difusa al trasluz. También podemos usar este método para evaluar el grado de desarrollo embrionario en huevos de determinadas especies de reptiles de cáscara blanda o descalcificada. No debemos usar un aparato de ultrasonidos para detectar el desarrollo embrionario ya que el propio gel conductor cierra los poros del huevo impidiendo el intercambio de oxígeno y produciendo la muerte del embrión.

    Los tiempos de incubación varían dependiendo de la especie y del grado de temperatura. En general, cuanto mayor temperatura menor tiempo de incubación.
    La mayoría de las especies jóvenes de ovíparos poseen un diente rostral, similar al de los pájaros, que les ayuda a romper la cáscara del huevo cuando llega el momento de la eclosión, suele desaparecer en las primeras mudas. El proceso suele durar alrededor de las 24 a 48 horas. El huevo tiene un tiempo de vida limitado y no puede albergar al embrión indefinidamente, si la eclosión no tiene lugar dentro del período de tiempo correspondiente, el embrión muere.

    Los nacimientos no ocurren siempre por la parte dorsal de huevo, a veces puede tener lugar por la parte de abajo o incluso por un lateral, cuando existen huevos en racimo de uvas unidos, existe la posibilidad de pérdida de crías que intentan abrir el huevo en una dirección equivocada, al final mueren por agotamiento si los criadores no intervienen para salvarla.

    Solo hay unas circunstancias en las que debe ayudarse manualmente a nacer a la cría del huevo: cuando la mayoría de los huevos han sido agujereados pero todavía hay alguno que no lo ha sido; cuando no han sido agujereados en el tiempo estimado, cuando se desconoce la fecha de puesta y necesitamos abrir algún huevo para determinar el estado de la gestación.

    Se puede hacer una pequeña incisión en la parte superior del huevo con un bisturí esteril o unas tijeras desinfectadas. Las tijeras se insertan en la incisión, y se agranda el corte. Los cortes se deben realizar formando una pequeña pestañita, se debe evitar cortar cualquier vaso interno. Si el procedimiento se ha realizado correctamente, las membranas internas del huevo deberían quedar intactas. En este momento, el embrión debería estar complemente desarrollado, se puede estimular con una sonda de bordes redondeados atraumática para ver si reacciona al movimiento. Una vez que sale la cría no es extraño que permanezcan en el huevo agujereado durante aproximadamente 24 – 48 horas.

    Si es necesario retirar a la cría del huevo se hará estimulándola para que empiece a respirar por sus propios medios, se puede lograr con unos suaves golpecitos con la sonda.
    Algunos autores utilizan 1 o 2 gotas de doxapram HCL al 0,2 % adminitrado por vía oral, para ayudar a la respiración en algunas crías fatigadas.

    Si tenemos que separar a la cría del huevo a veces podemos retirar el vitelo, se puede hacer con unas pinzas y un bastoncillo de algodón humedecido en suero salino fisiológico. El tallo umbilical debe cortarse y ligarse usando una técnica aséptica.

    En la mayoría de los casos, el vitelo es reabsorbido dentro de la cavidad celómica antes del nacimiento. Si el saco todavía permanece cuando el animal sale del huevo, deberá ser retirado a una superficie limpia y húmeda, como papel de cocina humedecido, hasta que el tallo umbilical rompa por sí solo. Alternativamente el tallo umbilical puede ser ligado con una sutura gruesa. Se puede aplicar clorhexidina o solución yodada en el tallo umbilical.

    A veces el tallo umbilical y el saco vitelino se enredan en las crías y pueden llegar a estrangularlas, para evitar esto hay que observar a la cría constantemente hasta que se valga por sí misma. También se han reportado casos en el que el vitelo queda pegado al sustrato, produciendo una evisceración y la muerte del animal cuando ésta intenta separarse.

    Referencias


    1. Frye FL: Biomedical and surgical aspects of captive reptile husbandry, ed 2, Melbourne, Fla, 1991, Krieger Publishing.
    2. Ross RA, Marzec G: The reproductive husbandry of pythons and boas, Stanford, 1990, Institute for Herpetological Research.