• Temperatura y sexo en reptiles

    Autor: Fredric J. Janzen, Universidad del Estado de Iowa, Ames, Iowa, Estados Unidos.

    Artículo herpetológico sobre las variaciones de temperatura relacionadas son el sexo en reptiles, modelos DST y DSG.

    La temperatura y el sexo son tópicos que despiertan la atención de los biólogos igual que al resto del mundo. Como la reproducción sexual es un aspecto tan fundamental en los organismos, deberíamos asumir que los medios que determinan el sexo se habrían mantenido relativamente constantes en el curso del cambio evolutivo. Sin embargo, resulta sorprendente que esta suposición sea incorrecta. En realidad el sexo se determina de varias maneras, y los reptiles son ejemplos clásicos.
    El sexo se fija en los reptiles de dos maneras. La primera y más familiar es la determinación genotípica del sexo (DSG), en la cual el sexo se determina en la concepción, por los cromosomas del sexo por ejemplo, como en el caso de los humanos. El otro sistema es más digno de mención: la determinación del sexo dependiendo de la temperatura (DST), en la que un descendiente nacerá macho o hembra según la temperatura que haya experimentado durante dos terceras partes del desarrollo embrionario aproximadamente. Los biólogos interesados en comprender tales mecanismos han hecho mucho hincapié en el estudio de los reptiles, en parte porque ofrecen una diversa variedad de mecanismos que determinan el sexo pero también teniendo presente que así sabemos más sobre el modo en el que están relacionados ancestralmente los principales grupos de reptiles. Estas características permiten la exploración biológica de mecanismos poco corrientes, como el DST.
    Los mecanismos para determinar el sexo no están distribuidos de un modo uniforme en los vertebrados. Los anfibios, serpientes, aves y mamíferos, así como casi todos los peces, siguen la ruta del sexo genotípico. Por al contrario todos los tuataras y cocodrilos dependen de la temperatura, mientras que los lagartos y las tortugas muestran ambos mecanismos en diferentes especies. La determinación genotípica del sexo sucede con mucha más frecuencia en los lagartos que en las tortugas, mientras que en el caso contrario se da DST. Los análisis filogenéticos indican que la determinación genotípica es probablemente el mecanismo ancestral de los vertebrados (es posible que los dinosaurios tuviera DSG) pero esos mecanismos de dependencia de la temperatura han evolucionado independientemente en los reptiles en varias ocasiones.
    Ningún tipo de determinación de sexo se ajusta a un modelo único. En muchas tortugas las bajas temperaturas producen una descendencia de machos y las altas temperaturas producen hembras, una situación que se categoriza como Modelo la DST; pero se cree que el caso inverso (Modelo 1b DST) es cierto en algunos lagartos, y quizás también en algunos tuataras. Finalmente, se producen hembras en temperaturas altas y bajas (y machos en temperaturas intermedias) en los cocodrilos, en muchas especies de lagarto que muestran DST y en unas cuantas tortugas (Modelo 11 DST). Resultados recientes indican que este último modelo es el estado ancestral de los reptiles, quizás con un único origen subsiguiente de Modelo 1a en las tortugas.
    De mayor interés es la importancia de la adaptación de DST. Resulta bastante fácil establecer el vínculo entre DSG y proporciones de sexo 1:1, pero las proporciones de sexo desvirtuadas implícitas en la DST resultan más difíciles de explicar. ¿Por qué un rasgo tan fundamental en cualquier organismo como es el sexo se deja a los caprichos del entorno? Comprender este enigma ha planteado un gran reto.
    Una línea de investigación que promete es la de investigar si algunas temperaturas de desarrollo mejoran la salud de los machos más que la de las hembras, y viceversa. Por ejemplo, las tortugas mordedoras jóvenes que se crían con temperaturas de incubación que producen ambos sexos son más activas que las del mismo sexo procedentes de temperaturas que producen un sólo sexo, y como resultado parecen sufrir una mayor mortalidad por parte de los predadores que se orientan visualmente. No obstante, en la actualidad no hay pruebas suficientes que indiquen con qué extensión podrían aplicarse estos hallazgos. En ciertas especies de lagartos, por ejemplo, se ha demostrado que ciertas temperaturas de incubación favorecen la descendencia de machos y otras la de hembras, pero estas especies tenían DSG. A pesar del gran esfuerzo realizado, todavía no tenemos una respuesta a por qué existe la DST en los reptiles. Aún así, los resultados obtenidos han proporcionado más información sobre ciertos aspectos de la DST, entre ellos algunos efectos maternales fascinantes. En el laboratorio se ha visto cómo individuos de algunas especies de geco con DST buscaban un sitio para anidar con unas condiciones térmicas en particular. Las tortugas no sólo muestran una conducta hogareña cuando se preparan para depositar sus huevos; algunas especies, como las tortugas pintadas, también eligen de un modo regular lugares para anidar con unas características que están relacionadas con una proporción de sexo en particular en la descendencia, así sus crías podrían presentar una predisposición firme durante su vida. Las tortugas, y posiblemente otros reptiles que tienen DST, podrían ser capaces de manipular el sexo de su descendencia alterando los niveles de hormonas que distribuyen a los vitelos de sus huevos!

    Por supuesto la peculiar sensibilidad de esta forma de determinación de sexo hace que los animales que presentan DST sean muy vulnerables a perturbaciones medioambientales, especialmente si ya están en riesgo, como es el caso de muchas tortugas marinas, cocodrilos y tuataras. Si la proporción de un sexo en la descendencia se ve profundamente afectada en un laboratorio en cuanto se produce el mínimo cambio de temperatura de incubación, ¿qué ocurre en el mundo exterior cuando el clima se calienta unos cuantos grados o se despeja una zona boscosa que antes proporcionaba sombra, o una zona de nidos? Recíprocamente, ¿cuál es el impacto cuando se plantan árboles que dan sombra, o se construye un bloque de pisos cercada ese lugar? Toda investigación realizada sobre estas cuestiones revela porcentajes de sexo desvirtuados en la descendencia de reptiles con DST. Al mismo tiempo, también se sabe que el desarrollo sexual embrionario de los lagartos y las tortugas resbaladoras de orejas rojas americanas es mucho más susceptible a sustancias químicas que imitan a las hormonas y que son productos que aparecen en algunos herbicidas y pesticidas muy utilizados. Aunque los reptiles con DST han sobrevivido a trastornos medioambientales sustanciales durante cientos de millones de años, la velocidad de los cambios actuales y la diversidad de amenazas que afectan a los porcentajes de sexo de sus jóvenes no tienen precedentes.