• Del plumaje para conservar calor, a las alas para planear

    Un nuevo estudio en el que se ha examinado la estructura de plumas de dinosaurios parecidos a las aves ha brindado nuevos datos sobre una de las invenciones más notables de la Naturaleza, la que dio origen a la capacidad de volar.

    Los autores del estudio, de las universidades de Calgary en Canadá, Bristol en el Reino Unido, y Yale en Estados Unidos, han descubierto nuevos y reveladores detalles sobre las primitivas alas que poseía el animal considerado como el primero de los pájaros, a los que se considera descendientes de los dinosaurios. Esas alas arcaicas estaban caracterizadas por capas rígidas de plumas, que sólo podían permitir una función de simples planos aerodinámicos para permitir planear al animal.


    El examen detallado de los dinosaurios terópodos más antiguos conocidos sugiere que las plumas se desarrollaron inicialmente dispuestas en múltiples capas para preservar el calor, antes de que su forma evolucionara para funciones de exhibición visual como las del cortejo de apareamiento, o para camuflaje.


    A medida que la evolución cambió la configuración de las plumas, el papel de éstas en la aerodinámica y en la mecánica del vuelo se hizo más importante.


    La selección natural actuando durante millones de años acabó por convertir las extremidades anteriores de los dinosaurios en alas emplumadas muy eficientes que podían rápidamente variar su envergadura, forma y área, una innovación clave que permitió a los dinosaurios dominar los cielos.




    Esta configuración básica del ala ha permanecido más o menos sin cambios durante los últimos 130 millones de años. La estructura y configuración del plumaje en sus diversos tipos permiten a las aves ganar altura, cambiar de dirección e incluso mantenerse inmóviles en el aire.


    La nueva investigación, a cargo del equipo de Jakob Vinther y Nicholas Longrich, se centró en el dinosaurio Anchiornis huxleyi y el ave Archaeopteryx lithographica del periodo Jurásico. Esta última tiene 155 millones de años de antigüedad y se tiende a considerarla como el ave conocida más antigua, presentando una delatadora combinación de características típicas de los dinosaurios y rasgos propios de las aves.


    Además de los rasgos que denotan que las alas del animal en esencia sólo le permitían planear, otras características sugieren que su vuelo a bajas velocidades pudo ser limitado, lo que implica que usaba sus alas principalmente para planear a alta velocidad.

    Fuente: http://www.bristol.ac.uk/news/2012/8959.html