Debido al veneno que transmiten las serpientes cuando intentan defenderse, ya sea porque se sienten atrapadas o molestas, se han convertido en unos animales temidos por muchos. Este recelo se ha generalizado estrepitosamente, sin tener en consideración que, por un lado, no todas las serpientes son venenosas y que, por otro, dependiendo de la composición de esta toxina, será mortal o, simplemente, ocasionará daños superficiales.

Para concretar y aumentar esta información, conviene prestar atención a la siguiente clasificación de toxinas:

* Neurotoxinas: bloquean la transmisión neuromuscular uniéndose al receptor colinérgico presente en las fibras musculares esqueléticas, tales como el curare.

* Toxinas: bloquean ciertos receptores colinérgicos del sistema nervioso central.

* Neurotóxicas: bloquean la transmisión neuromuscular impidiendo que las terminaciones nerviosas liberen acetilcolina. Pueden interactuar con un canal de potasio sensible al voltaje.

* Dendrotoxinas: aumentan la cantidad de acetilcolina liberada por las terminaciones nerviosas. Pueden interactuar con un canal de potasio sensible al voltaje.

* Cardiotoxinas: alteran las membranas plasmáticas de ciertas células -fibras cardiacas, células excitables, etc.- descomponiéndolas. Provocan paro cardiaco.

* Sarafotoxinas: potentes vasoconstrictoras que afectan al conjunto del sistema cardiovascular. Provocan paro cardiaco.

* Miotoxinas: provocan la degeneración de las fibras musculares interactuando con un canal de sodio dependiente del voltaje. Provocan la degeneración de las fibras musculares.

* Hemorraginas: provocan hemorragias muy graves por alteración de las paredes vasculares.


En la composición química del veneno de las serpientes, entre los cientos o miles de proteínas que constituyen el mismo, figuran las toxinas y neurotoxinas, pero no hay que olvidar que también tienen proteínas no tóxicas que carecen de propiedades farmacológicas.

El tratamiento de los envenenamientos por ofidios consiste en contrarrestar los numerosos problemas ocasionados por el veneno con un tratamiento sintomático o en inyectar al paciente los anticuerpos capaces de neutralizar las principales toxinas inoculadas. Se conoce como seroterapia antivenenosa.