Autor: H. Carl Gerhardt, Universidad de Missouri, Columbia, Missouri, Estados Unidos.
Hasta donde sabemos, las serpientes no cuidan de los jóvenes después de la eclosión de los huevos, y sólo unas cuantas muestran interés por sus huevos. Las pitones se encuentran entre las especies que lo hacen. Las pitones hembras de todas las especies, da igual que sean de África, de Asia o de Australia, se enroscan alrededor de los huevos después de ponerlos y permanecen así hasta que eclosionan. De vez en cuando los abandona para beber o defecar, pero no se alimenta durante el período de incubación, que suele durar de 30 a 90 días dependiendo de la especie.
Las pitones hembras se enroscan sobre sus huevos para protegerlos en primer lugar. Un montón de 100 huevos de color blanco del tamaño de una uva no es fácil de ocultar pero, empleando el cuerpo para cubrirlos, la serpiente los camufla de un modo efectivo. Al mismo tiempo, las pitones grandes son capaces de defenderse, y por tanto también a sus huevos, contra una amplia gama de predadores potenciales. Además, aflojando y contrayendo la rosca, la serpiente puede controlar la humedad y la temperatura de la puesta aunque, como la mayoría de las pitones viven en los trópicos, el control de temperatura no es tan importante como el de otras especies.
De cualquier manera algunas pitones australianas se han extendido mucho en climas templados y se han adaptado a condiciones más frías. Se ha visto a una pitón alfombra hembra abandonar a sus huevos de un modo regular para tomar el sol y aumentar su temperatura corporal, y después ha vuelto a enroscarse de nuevo sobre los huevos. No se sabe si es típico de esta especie solamente o de todas las pitones australianas.
La otra pitón que se ha extendido a regiones más frías es la india. La hembra de esta especie ha modificado sus hábitos aún más, y en realidad produce calor corporal para ayudar a la incubación de los huevos. Lo logra con contracciones rítmicas de los músculos del cuerpo. Estando en cautividad se ha descubierto que, si la temperatura se mantiene a unos 30 °C, la serpiente sólo permanece enroscada alrededor de los huevos, pero si se enfría el ambiente empieza a contraer los músculos ael cuerpo. La cantidad de contracciones aumenta a medida que baja la temperatura. Experimentos realizados han demostrado que una hembra puede mantener un diferencial de temperatura de 5 °C a 7 °C contrayendo violentamente los músculos del cuerpo (los observadores lo han descrito como hipos) a un ritmo de más de 30 veces por minuto para mantener a los huevos a la temperatura deseada de 30 °C. Nunca se ha visto abandonar a los huevos durante los casi 90 días de incubación. Ninguna otra serpiente (en realidad, ningún reptil) incuba de esta manera.
Entre las serpientes avanzadas sólo hay unas cuantas especies que proporcionan cierto cuidado parental a los huevos. Hembras de las dos serpientes de fango norteamericanas se enroscan alrededor de los huevos y permanecen con ellos hasta que eclosionan. Los dos sexos de las cobras asiáticas cooperan en la excavación de la cavidad del nido en el suelo y defienden a los huevos de posibles predadores. La cobra real es única en la complejidad de nido que proporciona. La hembra raspa en un gran montón de hojas, hierbas y suelo adjunto y forma una cavidad para el nido en lo alto del montón, donde deposita los huevos. Luego cubre a los huevos con hojas y hace otra cavidad en la parte superior, permaneciendo allí de guardia hasta que eclosionan los huevos.
No se conocen ejemplos de incubación en las víboras auténticas, pero se sabe que algunos crótalos proporcionan cuidado. Las hembras de las víboras de montaña y de los crótalos malayos permanecen enroscadas sobre los huevos o cerca de ellos durante un mes aproximadamente que dura la incubación.
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